[es] Después de leer el artículo "El año de la unión" de Irene Lozano publicado en El Confidencial, he mantenido algún intercambio de impresiones en el foro con otros lectores. Dejo constancia de las reflexiones que he escrito, y si alguien quiere ver las conversaciones enteras puede ir la fuente. He intentado ser instructivo y positivo, en una materia en la que es fácil que surgen pasiones por todos lados. Aunque a menudo podemos considerar agotador esfuerzo de opinar en estos foros, creo que de vez en cuando hay que aportar opiniones que permitan facilitar la comprensión de lo que está pasando. Aunque quizás se puedan recibir respuestas desalentadoras, seguro que entre los diversos lectores que lo miran desde lejos se puede ir facilitando el tránsito emocional que supone un momento como el actual:
#7jmcanyelles(12:24)
Tienes mucha razón con lo del Estatut tan largo i detallista. Pero lo
planteas como algo así como un estilo de hacer las cosas, cuando no
tiene nada que ver. Sólo había un motivo para detallar tanto, y mira que
de eso se habló hasta la saciedad...: blindar las competencias para
evitar la continua intromisión de la Adm.Central, que ha sido contínua
incluso ante competencias exclusivas, con una gran muestra de deslealtad
institucional. Ese y sólo ese fue el motivo. Y es bueno que lo sepas
para entender algunas motivaciones del Estatut, y de cual es el "estilo"
de cada una de las partes, y para evitar hacer el ridículo con un
argumentario tan bien desarrollado pero que tiene los pies en el fango
porque hace aguas por la mayor.
#10jmcanyelles(12:45)
En referencia a lo que los secesionistas catalanes hemos de explicar ("por qué les escuece que el dinero de los impuestos españoles llegue a gente pobre de Andalucía, y sin embargo les encantaría transferirlo a los pobres rumanos").
Como cualquier sociedad rica (relativamente más que otros territorios), seguiremos transfiriendo para generar equilibrio por la vía de la solidaridad. Y como país europeo vamos a aportar a la UE para que, desde ésta, podamos repartir según criterios objetivos, racionales y consensuados.
Y en qué porcentaje vaya el dinero que salga de Catalunya a España o a Rumanía importa poco. Lo que sí importa es que desde la UE se podrà mejor imponer criterios de que esas aportaciones tengan que generar un impacto, un desarrollo real, y que los que aportemos podamos controlar que eso sea así.
La diferencia es que ahora pagamos (y mucho, muchísimo, demasiado: Catalunya paga una cifra enorme a España incomparable con lo que por ejemplo paga Alemania a la UE!), que ahora pagamos -decía- de manera obligada, exagerada, sin control nuestro, sin límite, para mantener unas estructuras caducas, que son un pozo sin fondo, que sólo se va a regenerar cuando tenga la obligatoria necesidad de acometerlo.
Lo de comparar los pobres rumanos y los pobres andaluces es de una gran miseria intelectual, pura demagogia barata.
#15jmcanyelles(14:11)
Acepto tu comentario sobre los topónimos. Tienes razón filológica. Pero
te pido que comprendas que me cause un gran repelús tener que escribir
el nombre de mi nación en la manera como me obligaron durante años...
Asi, aunque cometa lo que parece un desliz gramatical, evito oler tan de
cerca los fantasmas que todavía corren por ahí... (por cierto, los
adjetivos están muy bien pero son gratis... normalmente en un foro de
debate inteligente se intenta aportar el punto de vista con razones, por
lo cual, sin dudar de tus intenciones, te agradeceré que muestres donde
aprecias mi vergonzante radicalidad, que no sea la de defender los
intereses de mi nación como tu defiendes los de la tuya, con la
diferencia "radical" de que yo quiero que mi nación sea soberana para
goberanarse mientras otros pretenden gobernar sobre otros pueblos en
contra de su voluntad. Es la diferencia entre un nacionalismo de
defensa, con unas bases democràticas, humanísticas y cívicas ante un
nacionalismo vg el español de mentalidad imperial, autoritario, y con
una democracia meramente instrumental y siempre sujeta a la unidad
sagrada de lo que queda del imperio.
#16jmcanyelles(14:19)
Efectivamente, hemos confiado demasiado en los políticos, y por suerte
ahora el proceso democràtico en Catalunya se empuja desde abajo, con
gran coraje cívico y ciudadano.
Por lo que respecta a los espacios de encuentro y diálogo, encantado de qué sea así. Sería lamentable que después de siglos de convivencia (y conllevancia) ahora se perdieran los lazos en común. Seguro que la posibilidad de poder establecer nuevos cauces de diálogo, esta vez sin subordinación sino de tu a tu, de estado a estado, facilitarán la mútua comprensión. En definitiva no tiene porque haber cambios traumáticos, sencillamente cada sociedad se gobenará a sí misma (en los ámbitos no delegados ya a Europa!) y así evitaremos los conflictos que perturbaban nuestra relación fratenal. Por ejemplo, los conflictos irresolubles del trazado de la alta velocidad los dirimiremos en Europa, de tu a tu y con los otros afectados, de manera que tendremos que hacer valer las razones, no como ahora esta necesidad española de perjudicar como sea a los catalanes aunque sea a coste de grandes inversiones improductivas, con gran impacto ambiental por el medio del pirineo e incormprensibles para el resto de europeos (y mortales!)
Por lo que respecta a los espacios de encuentro y diálogo, encantado de qué sea así. Sería lamentable que después de siglos de convivencia (y conllevancia) ahora se perdieran los lazos en común. Seguro que la posibilidad de poder establecer nuevos cauces de diálogo, esta vez sin subordinación sino de tu a tu, de estado a estado, facilitarán la mútua comprensión. En definitiva no tiene porque haber cambios traumáticos, sencillamente cada sociedad se gobenará a sí misma (en los ámbitos no delegados ya a Europa!) y así evitaremos los conflictos que perturbaban nuestra relación fratenal. Por ejemplo, los conflictos irresolubles del trazado de la alta velocidad los dirimiremos en Europa, de tu a tu y con los otros afectados, de manera que tendremos que hacer valer las razones, no como ahora esta necesidad española de perjudicar como sea a los catalanes aunque sea a coste de grandes inversiones improductivas, con gran impacto ambiental por el medio del pirineo e incormprensibles para el resto de europeos (y mortales!)
#20 jmcanyelles (17:48)
Ya que percibo en ti tanta energía toponímica y un
sentido de corrección tamaño, me permito sugerirte que te pongas en
contacto con Google España para explicarles que no deberían traducir los
nombres de los viales de Catalunya ya que, a parte de ser ilegal (las
calles tienen un nombre único, y és así legalmente, a diferencia de en
el País Vasco!), generan una confusión en los turistas y visitantes y
provocan unos mapas ridículos! Imaginate que los mapas españoles
tradujeran Times Square por Plaza de los Tiempos y que los turistas
preguntaran a los novayorqueses por ese lugar... Pues en Barcelona te
puedes encontrar una calle Techos que nadie sabe donde está (en lugar
del real Carrer Sostres) o la Ronda de Arriba en lugar de la Ronda de
Dalt... Pero no son nacionalistas españoles, no... sólo son pequeños
errores técnicos que no saben como solucionar... Probemas de incultura
de gente poco viajada que se van a curar enseguida con un simple color
distinto en el mapa.
#21
jmcanyelles
(17:54)
Exacto, los nacionalismos, qué miedo me dan! Por eso
que queremos dejar de serlo! Porque me parece que aún no no se
comprende que lo que en Catalunya denominamos nacionalismo no es lo que
desde otras partes de entiende. Explicarlo cansa un poco, pero Einstein
lo comprendió ya hace décadas..........
El movimiento que toda la vida había llamado "catalanismo" era tan extendido en la sociedad que no permitía diferenciar entre lo que era meramente folclórico del que tenía un componente político, lo que era regionalista de lo que era soberanista. En un momento determinado, el catalanismo político mayoritario optó por usar la palabra "nacionalismo", que permitía visualizar de una manera nítida la asunción de que Cataluña era una nación y que reclamaba los derechos que le correspondían. La palabra nacionalismo puede interpretar de muchas maneras, pero en el contexto local esta intencionalidad era clara, y dado el sentido pacífico, democrático e incluso humanístico del catalanismo, quedaba fuera de duda cualquier otra interpretación. Así ante un nacionalismo de estado, más agresivo y dominador, y que no se hacía uso de este calificativo, aparecía un nacionalismo de defensa de la propia dignidad, derechos, cultura, economía, etc.
Pero con la globalización, la palabra se giró en contra, ya que el nacionalismo español se podía mostrar neutro y otorgar al nacionalismo catalán una carga de radicalidad, de peligrosidad, de desestabilización, e incluso tratando de vincularlo a movimientos comunistas, terroristas, o nacionalsocialistas. Todo era un gran engaño, pero todo valía. Y ciertamente la palabra les ayudó mucho. Pero al mismo tiempo también aumentó la convicción de que ellos eran los poseedores de la razón, ante la historia y ante el mundo.
Pero ahora se les desmonta todo y no saben por qué. Sería bueno explicar que también Einstein experimentó esa perplejidad pero, en cambio, este científico lo supo apreciar y comprender enseguida.
El movimiento que toda la vida había llamado "catalanismo" era tan extendido en la sociedad que no permitía diferenciar entre lo que era meramente folclórico del que tenía un componente político, lo que era regionalista de lo que era soberanista. En un momento determinado, el catalanismo político mayoritario optó por usar la palabra "nacionalismo", que permitía visualizar de una manera nítida la asunción de que Cataluña era una nación y que reclamaba los derechos que le correspondían. La palabra nacionalismo puede interpretar de muchas maneras, pero en el contexto local esta intencionalidad era clara, y dado el sentido pacífico, democrático e incluso humanístico del catalanismo, quedaba fuera de duda cualquier otra interpretación. Así ante un nacionalismo de estado, más agresivo y dominador, y que no se hacía uso de este calificativo, aparecía un nacionalismo de defensa de la propia dignidad, derechos, cultura, economía, etc.
Pero con la globalización, la palabra se giró en contra, ya que el nacionalismo español se podía mostrar neutro y otorgar al nacionalismo catalán una carga de radicalidad, de peligrosidad, de desestabilización, e incluso tratando de vincularlo a movimientos comunistas, terroristas, o nacionalsocialistas. Todo era un gran engaño, pero todo valía. Y ciertamente la palabra les ayudó mucho. Pero al mismo tiempo también aumentó la convicción de que ellos eran los poseedores de la razón, ante la historia y ante el mundo.
Pero ahora se les desmonta todo y no saben por qué. Sería bueno explicar que también Einstein experimentó esa perplejidad pero, en cambio, este científico lo supo apreciar y comprender enseguida.
#22 jmcanyelles (18:05)
Pues claro que es porque así lo sentimos... A quien
intentamos engañar?? Lo que sucede es que en estos últimos años mucha
gente que más bien eran federalistas o autonomistas, que creían que
tenía que ser possible una convivencia respetuosa dentro de un estado
compartido que se reconociera plurinacional, han descubierto que se
estaban engañando.
Y eso ha llegado al extremo que hay ciudadanos catalanes que ademas de catalanes también se sienten españoles pero han dado el paso de considerar que ya no hablamos de sentimientos sino de democracia y dignidad y que los catalanes, tengamos el origen que tengamos y nos sintamos con la complejidad nacional que queramos, tenemos derecho a tomar las decisiones sobre lo que nos afecta.
Así de sencillo. Pura democracia. Y a medida que el soberanismo es un movimiento civico, plural, pacífico, democrático, transversal,... el nacionalismo español ha mostrado que es etnicista (todos tenemos que aspirar a españolizarnos, a castellanizarnos), que va de pensamiento único (pobre del partido que diga que quizá España debería reconocer que es plurinacional!), y que no se sostiene en bases democráticas sino propias absolutamente del derecho de conquista.
¿¿Pero sinceramente alguien con sentido común y espíritu democrático puede pensar que España podrá retener a Catalunya por los siglos de los siglos en contra de una voluntad mayoritaria de su población?? Cuanto antes abran los ojos al sentido común más relajados podrán abordar la gestión del cambio que requerirá este proceso y más fácil será abordar con normalidad y cordialidad the day after.
#26 jmcanyelles (20:33)
Y eso ha llegado al extremo que hay ciudadanos catalanes que ademas de catalanes también se sienten españoles pero han dado el paso de considerar que ya no hablamos de sentimientos sino de democracia y dignidad y que los catalanes, tengamos el origen que tengamos y nos sintamos con la complejidad nacional que queramos, tenemos derecho a tomar las decisiones sobre lo que nos afecta.
Así de sencillo. Pura democracia. Y a medida que el soberanismo es un movimiento civico, plural, pacífico, democrático, transversal,... el nacionalismo español ha mostrado que es etnicista (todos tenemos que aspirar a españolizarnos, a castellanizarnos), que va de pensamiento único (pobre del partido que diga que quizá España debería reconocer que es plurinacional!), y que no se sostiene en bases democráticas sino propias absolutamente del derecho de conquista.
¿¿Pero sinceramente alguien con sentido común y espíritu democrático puede pensar que España podrá retener a Catalunya por los siglos de los siglos en contra de una voluntad mayoritaria de su población?? Cuanto antes abran los ojos al sentido común más relajados podrán abordar la gestión del cambio que requerirá este proceso y más fácil será abordar con normalidad y cordialidad the day after.
#26 jmcanyelles (20:33)
Efectivamente pronto podréis disfrutar de una
arquitectura instucional más simple. A Castilla (y a su proyección
España) siempre le ha molestado la diversidad, y especialmente tener que
soportar las diferencias. Eso ya viene del primer rey trastámara, que
le molestó que en las Cortes Catalanas se hablara en catalán... Cosas de
la mentalidad castiza mesetaria... España no esta concebida para
gestionar la complejidad sino para proyectos más simples.
No sé si debería responder porque veo que tu estilo es impropio de personas educadas... Lamento, pues, incluir tanta densidad de gilipolleces en mis palabras! Pero si aún doy respuesta es para evidenciar uno de los problemas del unionismo españolista, del nacionalismo español basado en la testosterona: no hay argumentos, sólo derecho de conquista. Además, eso de consultar a la gente democráticamente incluso debe ofender por poco masculino, no? Finalmente la ausencia de argumentos lleva a las amenazas, que si nos pondrán muros para aislarnos del mundo, que si no estaremos en la UE... que si no tendremos Ebro... te has pasado, no, Aragonito?? Piensa en el día después: seguro que por interés mutuo seremos dos grandes aliados... No queméis una relación que también ha tenido sus partes positivas. Con el respeto mutuo que comportará la independencia seguro que las relaciones serán mejores que nunca, una vez superado el comprensible enfado que los españoles tendrán durante un par de años, hasta que comprendan que eso es lo mejor para todos y hasta que se den cuenta de que "los suyos" les habían estado engañando.
No sé si debería responder porque veo que tu estilo es impropio de personas educadas... Lamento, pues, incluir tanta densidad de gilipolleces en mis palabras! Pero si aún doy respuesta es para evidenciar uno de los problemas del unionismo españolista, del nacionalismo español basado en la testosterona: no hay argumentos, sólo derecho de conquista. Además, eso de consultar a la gente democráticamente incluso debe ofender por poco masculino, no? Finalmente la ausencia de argumentos lleva a las amenazas, que si nos pondrán muros para aislarnos del mundo, que si no estaremos en la UE... que si no tendremos Ebro... te has pasado, no, Aragonito?? Piensa en el día después: seguro que por interés mutuo seremos dos grandes aliados... No queméis una relación que también ha tenido sus partes positivas. Con el respeto mutuo que comportará la independencia seguro que las relaciones serán mejores que nunca, una vez superado el comprensible enfado que los españoles tendrán durante un par de años, hasta que comprendan que eso es lo mejor para todos y hasta que se den cuenta de que "los suyos" les habían estado engañando.
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