El presidente de la CEOE, Rosell, ha dicho que "los empresarios no somos nadie para decir lo que debe hacer el Gobierno. Si Mas tiene el apoyo del Parlamento, que lo haga", pero por otra parte un informe del Instituto de Estudios Económicos,
vinculado a la CEOE, considera legítimo recurrir a las armas para
salvaguardar la "unidad de España".
El posicionamiento de las empresas y de las organizaciones empresariales
y patronales ante los grandes retos de gobernanza es un aspecto que
debería ser gestionado con gran sentido de la responsabilidad ante la
sociedad, poniendo por delante los valores democráticos y evitando todo
comportamiento que pueda suponer una vulneración tanto los derechos
humanos como de las condiciones para que las empresas puedan llevar a
cabo con seguridad y garantías sus actividades de creación de valor. Si
bien las palabras del presidente de la CEOE son medidas, no parece
razonable que el think tank vinculado a la CEOE amenace con las armas.
Este
estudio legitima el recurso al Ejército en caso de una secesión
unilateral de Cataluña y aventura que se ilegalizarían a los partidos que lo
apoyaran, los líderes serían encarcelados, el Parlament se cerraría, el
Estatuto quedaría en suspenso y las competencias transferidas volverían
a manos del gobierno español.
En cualquier caso, el carácter extremadamente nacionalista del estudio
no sorprende si tenemos en cuenta a quien se encargó: el catedrático de
análisis económico de la UAB, Clemente Polo, exdirigente de
Ciudadanos y UPyD, y Ángel de la Fuente, el encargado por el gobierno
Rajoy de inventarse un nuevo modelo de balanzas fiscales cocinadas.
Pero el sentido del informe no liga mucho con las declaraciones de hoy
del presidente de la CEOE, Juan Rosell, que ha manifestado que cree que
Mas tiene que salir adelante con su plan soberanista si tiene el apoyo
del Parlamento y asegura que los empresarios "no son nadie" para decir
"qué hacer desde el punto de vista político". En una entrevista en 'Els matins', de TV3
, el líder de la patronal española no ha ocultado su oposición a la
independencia de Cataluña, pero ha evitado criticar el empresario Víctor
Grífols, que este jueves reclamó al presidente de la Generalitat que "no se arrugue"
y siga adelante con el proceso. "Los empresarios decimos siempre a los políticos que no se arruguen", se limitó a decir Rosell. "Los líderes políticos deben hacer lo que crean oportuno, la sociedad ya opinará después, cuando haya elecciones", advirtió.
Es por ello que sería necesario que la CEOE y su presidente clarificaran
si se hacen suyas las tesis del think tank o bien se desmarcan de ellas, lo que
sería necesario ante los ojos no sólo de las empresas miembros sino de
la ciudadanía y del mundo, que observa atentamente la calidad
democrática del estado español ante uno de los retos más importantes de
gobernanza después de la transición, que no puede dejar de abordar de
manera pacífica y democrática si aspira a tener un lugar en la
civilización occidental.
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