En los dos casos pudimos observar cómo las empresas más modestas manifiestan un interés por la Responsabilidad Social que parte de una base más estratégica y de modelo de negocio que estrictamente filantrópica. Y eso no niega los valores éticos sino que los refuerza.
Tanto el empresariado de un sitio como del otro participaban de unos valores, seguramente

personales y empresariales, pero ya ha quedado lejos para muchas empresas aquella manera de entender el compromiso social como una materia de carácter estrictamente personal. Hoy las pymes y las empresas más modestas entienden que el RSE pasa por una asunción de los valores por parte de la empresa. Y eso no puede ser sostenible si no responde a una integración plena en el modelo de empresa y en su misma estrategia.
Así lo percibe también el sector público. Mientras que el Laboratorio de RSE, organizado por el Ayuntamiento de Vilanova i la Geltrú, forma parte de una programación en la cual se abordan sólo temas de gran interés estratégico para las empresas, en el acto de

En los dos sitios se mostró una inquietud sobre cómo comunicar la responsabilidad social en el caso de las empresas pequeñas, más cuando son empresas que invierten poco en publicidad y cuando esta técnica no es la más adecuada para comunicar un compromiso de carácter ético.
El hecho de que cada vez se hable más de la RSE en ámbitos territoriales, y con la organización desde la propia realidad local, es una gran noticia y un buen síntoma. No sólo para la propia RSE. Sobre todo para el dinamismo de las empresas. Este interés guarda una clara correlación con la existencia de empresas que, más allá de su dimensión, quieren mejorar, quieren desarrollarse, quieren integrar inquietudes y valores de la sociedad, están buscando su excelencia empresarial por medio, entre otros, de la excelencia social.
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